"Si alguien me preguntara en la actualidad:

'¿cuál hubiera sido tu futuro soñado siendo niña?' Mi respuesta es clara: una impulsora del movimiento. Mi vida siempre ha estado ligada a la danza y al movimiento. Me acuerdo de cuando aún era una niña de cuatro años y pelo rizado, con mi traje de flamenca, y más tarde, siendo todavía niña, buscando nuevas actividades que tuvieran que ver con la danza y el movimiento. He sido bailarina, bailaora, atleta, saltadora de longitud, jugadora de fútbol y tenis, actriz, aprendí algo de judo y karate, etc. Esa fue básicamente mi niñez y adolescencia, hasta que la vida me llevó a la edad adulta y de repente mi sentido de ser –mi verdadera esencia– se vio eclipsada por muchas capas: el entorno, la familia, los amigos, etc. Me dejé llevar por estos condicionamientos, perdiendo mi propia capacidad de elección.

No obstante, nuestra alma es sabia cuando escuchamos su llamada. Eso me pasó en Egipto donde la sincronía de muchos eventos me llevó nuevamente a mi origen: el movimiento.

Por lo tanto, decidí tomar acción para cambiar mi vida 180 grados".

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Mi camino personal se ha ido construyendo a través de la danza, los idiomas, los viajes y el movimiento. 

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Desde los cuatro años me apasionaba moverme, desde el movimiento propio del cuerpo a través de la danza, pero también a través de los viajes. Todo tipo de movimiento ya fuera en mi cuerpo o externo a él me provocaba curiosidad, deseos de explorar más allá.  Eso me llevó al flamenco, la danza española, el ballet, el baile moderno, funky, lírico, la danza contemporánea, el yoga y la aproximación a artes marciales como el karate, el judo. 

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Estudié Filología Alemana y Árabe, por eso de los viajes y el movimiento, mientras seguía bailando y siendo parte de la asociación flamenca de "Emma Lucena": 

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El doctorado, que inicié desde mis Estudios de Máster en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos en la Universidad Autónoma y mi estancia en el Instituto de Lenguas y Culturas del mediterráneo del CCHS-CSIC, me llevó a Egipto, a una ciudad llena de riqueza artística, cultural y espiritual como es el Cairo.

 

Mientras buscaba mis fuentes y novelas escritas por mujeres escritoras árabes para mi doctorado, continuaba bailando y formándome en varias escuelas de la ciudad sobre todo en la escuela de danza contemporánea más conocida en el mundo árabe CCDC (Cairo Contemporary Dance Center) - donde más tarde impartí clases de Flamenco en el Programa Profesional del propio Centro- y entraba en contacto con un precioso y divertido arte marcial como es la Capoeira. 

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Esta continuada conexión con la danza y el movimiento me hizo querer explorar más, lo que me llevó al Qigong, al TaiChi y al Shaolin KungFu. Me gustaba la investigación en cierto modo, pero siempre había sido una persona que necesitaba moverse, expresarse a través del movimiento y del lenguaje corporal, algo que no entraba dentro de los estándares de la Academia.

 

Así que en 2018, decidí empezar una Formación Profesional de Artes Marciales y Medicina Tradicional China en mi escuela de KungFu de aquel entonces "Meshkah Martial Arts school"  fundada por Taha Hassouna para convertirme en instructora de estas artes (Qigong, TaiChi y Shaolin KungFu) y otras artes (WingTsun, Muay Chaiya, y Eskrima Maranga), así como terapeuta de Medicina China. 

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En la actualidad sigo formándome en Shaolin entre Madrid - donde soy parte del equipo Wushen Team de Shaolin Wushen Academy fundada por David Carvalho- y China, en Shaolin Temple China - donde este verano obtuve mi 6º Duan de Shaolin KungFu y recibí un premio del Abad del templo por el buen desempeño en mis clases. En TaiChi sigo mi formación con el Sifu Liang De Hua dela Chuan Cheng Taijiquan and Internal Arts Academy. 

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Más allá de la marcialidad soy Doctora en género y emociones en la novela saudí contemporánea escrita por mujeres. Esto me ha llevado a interesarme por la Psicología Transpersonal, tomando algunos cursos sobre ello y la Terapia Astrológica, en la que acabé formándome con Fernando Aldaz. 

 

Mi trabajo actual se basa en aunar todo este conocimiento que he ido adquiriendo a través de la experiencia de vida, de mis viajes, de mis maestros, de las personas que he ido encontrado por el camino, de mis clases de danza, movimiento y marcialidad.

 

Mi objetivo es poder transmitir a mis estudiantes la importancia de sentir en el propio movimiento, la de alinear la estructura corporal para conectarse con él y la de adquirir consciencia física-mental y espiritual para reforzar esa conexión y añadir calidad al movimiento, no solo desde la técnica, sino desde el propio FLUIR INTERIOR. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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